"Desde Darwin hasta el racismo"
- Jonathan Huaroto
- 1 nov 2019
- 2 Min. de lectura

Estoy seguro que más de uno se preguntará: ¿Pero qué tiene que ver Charles Darwin con el Racismo?
Sencillamente porque fue él, quien junto con Linneo comenzó a clasificar en razas a los seres humanos. A quienes iban conociendo en sus viajes a lo largo y ancho de los continentes que visitaban desde el siglo XVIII. Exacto, antes de ellos las razas si existían, pero no el racismo.
Sin embargo, lo que no sabían estos genios. Era que más adelante, sus propios estudios y clasificaciones se utilizarían para desvalorizar a aquellas poblaciones que no se consideraban blancas. Pero lo peor, es que nosotros los peruanos, adoptamos esa manera de ver el mundo por lo que fuimos conquistados por un país occidental. Lleno de prejuicios, mentiras, deslealtad, traición y sobretodo lleno de racismo.
Haciendo referencia a ello, el racismo en el Perú se fundó en la época colonial. En la que pretendía que las personas fuesen superiores o inferiores. Por razones que no son sociales, sino más bien biológicas. Sin embargo, la discriminación racial es en sí una forma radical de alienación. Es la incapacidad de ver tu propio rostro en el espejo y condenarte por ello.
Es interesante ver, que mucha gente ha negado ser discriminada, e incluso a que el racismo ya no existe en el país. Ya que, este genera heridas narcisistas muy profundas. Aunque claro, en realidad es muy complicado medir a que raza pertenecemos los peruanos. Puesto que, somos una mezcla completa de ellas, es por ello que se le llama mestizaje.
Para aclararlo, el racismo es una forma de consagrar los órdenes injustos. Es una manera que supuestamente justifica los privilegios de unos y la ausencia de otros. Y por eso mismo, es la negación de la democracia en nuestro país. Aunque, a veces se encuentre escondido en nuestra mente, corazón, riñones y hasta en la parte más profundo de nuestro cuerpo, siempre saldrá a la luz.
Pero tal y como dijo Gustav Jung: “Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú mismo lo llamarás destino”. Así que, no se enojen y recuerden que la gente no te hace cosas. Es uno mismo el que decide si le afecta o no lo que los demás hagan y digan. Al final, el resultado siempre seguirá siendo el mismo, si uno no suelta su pasado para agarrarse y prenderse del futuro.
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